Los Iraculis protagonizan una jornada para la posteridad: triunfo, a semis como 1ºs y doble veto

Un Jon Iraculis excelso no da opción a Marín (15-10). Pol Marco, sobresaliente, acaba con Cavallé y su racha triunfal (17-13)

Los hermanos Iraculis, en Quintana Roo

Ni en los mejores de sus sueños se hubieran imaginado algo así los hermanos Iraculis. Pau y Jon, que partían en el boletín inicial como decimosextos favoritos y su triunfo final se pagaba a 47 euros. Aunque poco a poco fueron subiendo en las casas de apuestas de primicias, nadie daba un centavo por ellos, pero de momento ahí están. A tan solo 3 partidos del título. Tras haber protagonizado una jornada redonda ganando a Miquel Marín, quedando primeros de grupo y ganando dos PRIMICITYVA's, las opciones de que el mayor y el mediano de los Iraculis se alcen con el trofeo de Míster PRIMICITY suben como la espuma. Aunque no son los favoritos, llegados a este punto, todo puede pasar y ellos van a luchar, sin duda, para llevarse los 100€.

Aunque la semana que viene Pau tiene exámenes de universidad, PRIMICITY avanza sin parar. A partir del lunes, tienen una doble cita con Enric Gracia y Héctor Giménez, otros dos rivales de entidad. Antes por eso, los capitanes de cada pareja deberán escoger quién juega la ida y quién la vuelta... aunque Jon podrá hacer uso de su arma: el doble veto. ¿Vetará a Pau Iraculis y jugará él los dos partidos?, ¿querrá evitar a toda costa a Enric en el primer partido?, ¿o bien vetará a algún componente de la otra semifinal? Mañana lo veremos.

Un triunfo con sabor agridulce

Pol Marco, uno de los concursantes que seguro que estará nominado a mejor rookie rosa de esta edición, ha sido otro de los protagonistas de la jornada. Su victoria sobre Joan Cavallé ha sido insuficiente al no producirse la carambola esperada, pero más allá de eso, Pol debe estar muy orgulloso de haber sido el único concursante capaz de ganar a Joan Cavallé en fase de grupo en los últimos 14 meses. Desde la 1ª jornada de la segunda fase de la 6ª edición, Cavallé no sabía lo que significaba perder en fases de grupos y, tras diecisiete partidos ininterrumpidos cosechando victorias y empates, su antiguo compañero de clase le ha recordado las amarguras de la derrota.